10527502_667706829964877_5309256310524203966_nLa Virgen ha dicho: “Los invito a todos a la oración. Sin la oración no pueden vivir, porque la oración es la cadena que los acerca a Dios”. En otras palabras, sin la oración no se puede sentir o experimentar la presencia de Dios en el corazón. Y esta vez la Madre utilizó una expresión hermosa: habla de la oración como “cadena que nos acerca a Dios”, en clara alusión al Santo Rosario, como además especifica la expresión del Padrenuestro que la Madre menciona: “así en la Tierra como en el Cielo”.
Luego, podemos ver, que una oración específica que nos acerca a Dios, en estos tiempos es el Santo Rosario. Y así podemos ver que para María, el Año Santo que estamos celebrando, es un Año dedicado especialmente a la oración y en particular al rezo del Santo Rosario. Entonces, se trata de rezar “con el corazón” y frecuentemente en este Año Jubilar, esta bella oración mariana y cristológica. Se debe rezar personalmente, en familia, en grupos de oración, en las parroquia y, especialmente, al visitar las iglesias indulgenciadas por los Obispos en cada diócesis.
La Madre ve en el mensaje del pasado 25 de enero, que al retomar la vida de oración también se regresa a Dios y a sus Mandamientos, y ese retorno se hace en medio de la libertad que Dios nos ha dado a todos; porque uno puede acogerlo o rechazarlo, pero en si se opta por la decisión  del rechazo la Madre advierte de los engaños de Satanás, el príncipe de la mentira, toda vez que por el engaño, Satanás lleva por vía de seducción a multitudes.