27-09-1998
(Rezando el Rosario, en el 4º Misterio glorioso):
Virgen:
Escribe y no dudes. ¿No puede acaso una Madre hablar como y cuanto quiera a sus
hijos? ¿Se le acabarán las cosas que contarles?
Diserta conmigo con más confianza que lo puedas hacer con tu madre de la tierra.
Si ella te ama, mi Amor supera al de todas las madres, pues soy “La Madre”.
Adéntrate ..., nunca podrás decir que has encontrado el final: mi Amor es más y
para siempre.
Mi Amor lleva al Verdadero Amor ... Mi Amor no acaba en sí mismo: remite a la
Fuente. Mi Amor os conduce, a través de cañadas oscuras, os lleva a buen puerto.
Mira a este Corazón que tanto os ha amado, míralo y ámalo.141 Aseméjate a El, crea
una simbiosis; sé otra Yo en la tierra. Comunica mi Amor, el que Yo te doy. Dalo,
que parta de ti como un surtidor rebosante y que crezca, que crezca y que inunde al
mundo. Comunícanos al mundo. Habla de Nuestro Amor, tan olvidado, tan
ultrajado. Si queremos que vayas por el mundo y nos comuniques, ¿a ti qué?
Quitaríamos los impedimentos que te atan. Déjate llevar. Camino fácil. Camino
dulce. Camino estrecho... Ándalo de mi Mano. Reconoce mi Mano en todos los
acontecimientos de tu vida. Hazme ese honor, pues soy Yo. Créelo, no dudes.
Queridos niños: mi Corazón está ardiendo en deseos de derramarse en vosotros.
Acogedme, amadme como vuestra Madre en el alma. Así Jesús podrá miraros con más agrado, porque Yo misma, con mis Manos de Madre, voy a prepararos para su
Venida.
No despreciéis este nuevo empujón de su Misericordia, antes bien aprovechadlo
como El desea para su Gloria. Amén.
141 La Virgen se refiere a su Corazón Inmaculado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario